Hacía
tiempo que quería escribir un artículo sobre los efectos del sol para
nuestra salud, pero como el verano ha tardado tanto en llegar
por aquí, me daba un poco de “pereza“.
Por fin me he animado y parece que el sol también y se ha decidido visitarnos.
Esperemos que sea para quedarse una temporada. Y voy a empezar hablando de la
helioterapia.
La
helioterapia es la acción terapéutica de la radiación solar. Es un
remedio terapéutico basado en recibir baños o curas solares para combatir muchos
de los malestares y afecciones sobre los que voy a hablar en los próximos
artículos (inconvenientes y beneficios del sol).
Sin
embargo, debe
llevarse a cabo de manera dosificada porque el exceso de
exposición solar tampoco es saludable y tiene sus inconvenientes. El objetivo
de esta terapia no es broncearse, ya que el hecho de estar bronceado es un
signo de daño en la piel que repercute en el envejecimiento de ésta.
Los
baños solares se
han utilizado desde la antigüedad para tratar diferentes
enfermedades y mantener un buen estado de salud y
bienestar general. Ya en la antigua Grecia,
los médicos recomendaban una exposición moderada al sol a sus enfermos como
remedio beneficioso para su salud.
Posteriormente,
Avicena, médico árabe del siglo X, predicaba
los beneficios de llevar una vida al aire libre y de exponerse al sol y a la
luz con moderación. Más tarde, en el siglo XVIII,
los médicos franceses comprobaron los efectos beneficiosos de esta
terapia en enfermos con infecciones de piel.
Sol con moderación
Esta
terapia recomienda desde la antigüedad que la exposición al sol se realice siempre de
forma moderada. Este punto es importante para evitar los daños
que su exceso nos puede ocasionar, sobre todo en la actualidad, debido a la
progresiva disminución de la capa de ozono.
Para
disfrutar de esta terapia y obtener beneficios de la exposición solar es muy
importante tener en cuenta el tipo de piel de cada uno, por un lado y la época
del año, la hora del día o el lugar, por otro. Los días secos, templados y con
cielo despejado son los más indicados, aunque puede hacerse todo el año.
Se
deben evitar
las horas de mayor intensidad solar, sobre todo en los meses de
verano, los más calurosos. Las mejores horas de exposición son las primeras
horas de la mañana (hasta las 11 aprox.) o las últimas de la tarde (a partir de
las 16).
Pasear por zonas verdes o por la playa es una buena manera
de someterse a esta terapia, que no necesariamente debe hacerse acostad@.
Exposición progresiva
Realizar
un aumento
progresivo de exposición al sol es mucho más importante de lo que parece
a simple vista. Se recomienda comenzar con una exposición de 5-10 minutos e
irla aumentando gradualmente hasta realizar sesiones de 1 hora.
También
se recomienda iniciar una exposición progresiva por las zonas del cuerpo,
empezando por los pies el primer día e ir aumentando la zona y el tiempo de
exposición cada día.
Helioterapia en el mar y en la montaña
Refrescarse
con agua tras cada baño solar es lo ideal para
terminar la sesión de cada día. Perfecto si estás en la playa. La helioterapia marina
tiene un efecto relajante; depresión, ansiedad e incluso, insomnio,
son algunas de las dolencias que pueden obtener beneficio de los baños solares
en el mar.
La
helioterapia marina es un método estupendo para tratar enfermedades de la piel: psoriasis, eczema
atópico o dermatitis atópica mejoran
de forma notable sus síntomas.
Es
también recomendable para tratar problemas
circulatorios, así como en casos de debilidad
general.
Los
baños de
sol en la montaña
son estimulantes del sistema
nervioso y del metabolismo. Son
estupendos para reforzar el sistema respiratorio,
dado el aire limpio y puro del lugar.
Con
carácter general también estimulan el apetito
y proporcionan más defensas y vitalidad al
organismo, haciéndolo más resistente.
Para tener en cuenta
Es
muy importante proteger la cabeza y los ojos del sol. Gorra o
similar y gafas son imprescindibles en esta terapia.
Se
deben extremar
las precauciones en caso de niños: su piel es más vulnerable
que la de los adultos.
Muchas
veces, cuando vamos a la playa, volvemos cansadísimos de estar allí tumbados al
sol. Eso no es helioterapia, sino exceso de exposición solar. Si la exposición
al sol genera cansancio, eso significa que la helioterapia ha sido excesiva.
La
helioterapia
realizada progresivamente tal como he indicado arriba, no debe generar
cansancio.
¿Conoces
a alguien que haya realizado esta terapia?
Este artículo también ha salido publicado hoy en Alimenta tu bienestar.
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