Ya estamos metidas de lleno en el
invierno y con el viene el viento, el frio y como no, la lluvia. Recuerdo que cuando era niña
que las botas de agua formaban parte de mi uniforme para los días de lluvia y
que también formaban parte de la indumentaria de los jardineros, eran
simplemente feas, verdes y necesarias.
Ahora he decir con agrado que se
han convertido desde hace algunos años en un complemento muy a tener en cuenta,
las puedes encontrar de diversos
colores, estampados, de caña alta y de caña media, yo sinceramente me vuelvo
loca con ellas y esta temporada vienen reinventadas y pisando fuerte .
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